Candelaria nace en Peratallada en 1995 y en 1998 pasa a manos de la actual propietaria, que poco a poco ha ido dándole este ambiente desordenadamente cuidado que le confiere tanta personalidad.
Al frente de la cocina encontramos a Arkaitz, el cual cogió las riendas en 2002 y desde entonces ha estado llevando a cabo un estilo creativo que mezcla técnicas modernas con el respeto a los productos de toda la vida. La carta consta de 8 entrantes, 3 pescados y 3 carnes que se renuevan 3 veces al año. Asimismo, el restaurante también ofrece un menú degustación que permite probar entrantes, pescados, carnes y con el que antes de los postres sirven un prepostre: el mojito Candelaria. En lo que a la carta de vinos respecta, disponen de 40 referencias entre negros y blancos y de una pizarra donde escriben sugerencias que van cambiando periódicamente. Cabe decir que esta carta se centra en los vinos ampurdaneses porque pertenecen a la zona donde se encuentra el restaurante, aunque también hay bastantes vinos catalanes en general, y tampoco no faltan importantes D.O. españolas, ni una pequeña y particular selección de vinos internacionales.
Este restaurante es un sitio curioso, con mucho encanto y lleno de pequeños detalles que va subiendo el listón año tras año demostrando una verdadera pasión por la cocina y por crear un ambiente propicio para que el cliente pueda degustar sus creaciones mientras se relaja y pasa un buen rato.
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