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Muy buena comida tradicional con una calidad excepcional. Decoración cuidada acorde al estilo rural pretendido. Platos abundantes.Ideal para grupos numerosos. Buen servicio, buena comida,.relación calidad precio muy aceptable.
Fuimos a comer a la terraza y la verdad es que es muy acogedora y relajante, se agradece a la hora de comer estar en un lugar relajado. La comida es de calidad pero para mi un poco elevado de precio. El servicio me pareció correcto ninguna queja.
Solo tomamos un menú.Ahora me falta la carta.Pero he de decir que todo estuvo en su punto de los cinco comensales que fuimos.La atención fué más que correcta para lo lleno que estaba.Es pequeñito pero lo compensa una terraza muy chula que tienen en el exterior que fue donde tomamos el café y la copa.
Comida casera. Ambiente agradable. Estuvimos en una sala solos, éramos un grupo de 21 personas con niños, y la verdad que todo fue estupendo. El rato entre plato y plato fue correcto. Quizás ya a última hora con los cafés si tardaron un poco más pero nada que no pudiéramos esperar. El trato del camarero muy correcto que además fue muy paciente con los niños. Repetiremos
Abuela, hijos, nietos, cuñados, primos y bisnietos ( en proyecto) tuvimos la oportunidad de disfrutar en este restaurante en tiempo de calçots y en tiempo de familia. Y todo con seny, el mejor seny de una masía que sabe cuidar la forma y el fondo de la restauración. Amabilidad y profesionalidad de las que ya no quedan (aunque el menú era cerrado, fueron flexibles como solo lo hacen los que saben del oficio, ofreciendo alternativas y dejando repetir de los platos que más nos gustaron). Y una cocina excelente: sin lugar a dudas los mejores calçots que he probado nunca, pero no le quedan a la zaga los caracoles al horno, la oreja a la plancha o el flan de mel i mató. Porque un calçot es mucha más que una hortaliza, es un símbolo de amistad. Y en este Restaurante Can Montllor, situado donde ni el GPS casi puede llegar, apartado del mundanal ruido, puedo aseguraros que vale la pena llegar. Porque disfrutar en la mesa es un bien cada vez más escaso...
Tengo 61 años, he ido a este restaurante alguna veces durante mi vida. Siempre a estado correcta la comida y el servicio. El dia 6/01/2017, dia de reyes. Mi familia hizo una reserva para 16 personas, en el primer turno de comida a las 13:30 h. Cuando llegamos nos ubicaron en la planta de arriba. Estaba todo lleno. cuando vi la situación de las mesas, me entraron ganas de salir corriendo. Pero estaba invitado y no quería, como se dice aguar la fiesta. Las personas sentadas junto a la pared, si alguien tenia que salir al servicio, tenían que levantarse toda la fila que eran unas 9 personas. O pasar por debajo de las mesas, que es lo que hicieron los niños para ir la lavabo. Todo esto se lo indique al camarero y por supuesto al metre. Le alegue, que era una indecencia colocarnos en ese lugar y tratarnos como si estuviéramos encerrados en una jaula. Es muy lamentable la situación. El trato recibido es degradante.
Muy buena comida si bien el precio del menú es un poco alto, eso sí, la calidad y preparación de los platos hacen que no te sientas decepcionado de pagarlo. Antigua masia catalana con una decoración acorde al edificio. Limpio y buen servicio.
Cocina de altisima calidad, tienen una carta muy fija y por lo tanto siempre es fiable. Nunca los pillaras en un mal día, siempre te quedas satisfecho. El precio es elevado, pero merece muchisimo la pema ya que va concorde a la calidad. Servicio excelente y lugar impecable!
Fuimos recomendados a esta Masia, por su buena calidad gastronómica, cuando por sorpresa de los dos matrimonios que íbamos, nuestro amigo empezó a encontrarse mal hasta el punto de perder el conocimiento, los sintamos eran serios Nos sentimos muy arropados con la rápida reacción en llamar a la ambulancia y la calidad humana que tiene el personal del restaurante. No nos dejaron solos en ningún momento. Desde aquí, queremos hacer constancia de esta explendida actuación de la que estamos infinitamente agradecidos. Por suerte, todo quedo en un susto. Gracias!
